Son días estos de una profunda interiorización. Nos estamos re-estructurando fundamentalmente, transformando nuestro sentido del Yo, soltando lo viejo para abrazar lo nuevo que aún no termina de llegar. Todo este año ha sido muy desafiante para muchos de nosotros, cerrando grandes ciclos que a menudo están interconectados con fractales nuestros en otros tiempos y espacios lo cuál nos hizo conectar con otras líneas del tiempo, otras formas de ser nosotros mismos que no pudimos reconocer porque forman parte, a veces, de otras galaxias. Ha sido un tiempo extraño donde quienes creíamos ser y nuestra zona de comfort personal ha sido sacudida desde sus cimientos.
Los ejes Cancer-Capricornio también han ejercido su influencia activando la colectividad y nuestra vida personal buscando que transformemos lo viejo, lo obsoleto, aquello con lo que no podemos cargar por más tiempo.
Algunos han emprendido nuevas relaciones, nuevos objetivos y propósitos cortando con el pasado, otros aguardan a que todas las piezas de ese cambio encajen para dar el salto a ese nuevo «Yo».
Y una nota común para todos, y en especial para los empáticos y los seres sensibles y sintientes: Las fronteras entre los seres están estrechándose, los velos que nos separaron antaño están cayendo y por fin, nos estamos reencontrando todos, pero ese reencuentro al principio nos puede hacer sentir incómodos pues ahora estamos más desnudos que antes sin máscaras, sin camuflaje ocultando lo que no nos gusta de nosotros, lo que ya no funciona. Ahora estamos más expuestos más visibles, más vulnerables al otro…nos estamos comenzando a sentir, y eso al principio da miedo… Sentir al otro nos puede confundir en un principio pues no sabemos reconocer si aquello que sentimos es «nuestro» o del «otro».
Poco a poco esa frontera va cayendo y nos costará más distinguir lo que siente la colectividad de lo que siento yo. Las identificaciones con lo que sienten nuestros vecinos, el pueblo o la ciudad entera, incluso la nación, se harán más frecuentes y podemos vernos inmersos en una marea emocional que gira y gira sin que podamos aquietarnos y sin que podamos desconectar y dejar de sentir, como hicimos antaño.
Ahora hemos de aprender a vivir en dos espacios cada vez más unidos el colectivo y lo individual, honrando ambos y permitiendo que fluyan los sentimientos, las emociones, el sentir de unos y de otros sin que nosotros nos perdamos en el Sentir.
Con el tiempo, la buena voluntad y el Amor, recuperaremos a la Humanidad de la que formamos parte y en unidad, transformaremos nuestras vidas desde el Amor. Tenemos la posibilidad de hacerlo en este planeta y si no, en otros espacios. Recordemos porqué encarnamos y qué vinimos a Sentir y a permitir que se expresase a través nuestro.
Estos días, entre eclipses. suelta, permítete abrirte a una mayor expresión de quien eres y deja que tu Sentir viva y se exprese desde el Amor, desde la Paz, desde la infinita quietud de quien eres en Esencia.
Bendiciones
Barbara Meneses
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