La esperanza que nos retiene esperando y esperando a un salvador externo a nosotros, ya sea en política ya sea en cualquier otra área de nuestra vida es también una trampa. Todo el tiempo que te mantengas en la espera de un tiempo mejor, la espera de regresar a la supuesta «normalidad» que nunca lo fue, todo el tiempo que aguardas, te mantienes atascado en la estación de un tren que ya partió rumbo a aquello mismo hacia lo que apuntabas con la flecha de tu espera…
Pero la flecha ya partió, junto con el tren y tú te quedaste en la estación esperando… maldiciendo quizás al maquinista del tren, al de la taquilla de los tickets, quizás al revisor… por un tren que ni viste pasar de lo ocupado-a que estabas esperando…
Hoy más que nunca queda claro que hemos de levantarnos y caminar por nuestros propios pasos hacia la dirección que queremos ir sin esperar salvadores, ideólogos, líderes externos que vengan a decirnos nada. Ya lo sabemos todo, tenemos todo lo necesario y estamos internamente informados de absolutamente todo lo que necesitamos en nuestra realidad para funcionar.
Todo el tiempo que nos mantengamos en la espera estaremos alimentado los miedos, las frustraciones, las proyecciones con las que tiramos balones fuera transfiriendo nuestra responsabilidad por la pasividad con la que elegimos vivir estos días hacia el mundo exterior.
Camina, despierta y vive desde tu presencia aquello que deseas ver manifestado en tu realidad desde YA. No desde un futurible mañana que nunca llega porque no permites que llegue pues alimentas la estación de tren y tu sala de espera en lugar de alimentar el cambio que deseas ver.
La imagen del fondo es una acuarela mia que guarrineé… no hace falta tirar lo que no nos sirve, basta con darle otra utilidad, desde la creatividad.
Palabra en Árabe. Amel, la esperanza
Bendiciones
Barbara Meneses
www.purapresencia.com