Cuando lo Divino te presta sus ojos y observas a través de ellos a la vida, a la Humanidad, a los reinos animales, vegetales, minerales… todo se torna tan bello y tan pleno de amor que el corazón se ensancha como una vasija cósmica abrazándolo todo con suma delicadeza. Entonces, te conviertes en la melodía más álgida que hayas podido escuchar y todos tus sentidos se expanden para abarcarlo todo en un abrazo inefable e inexpresable. Y sonries, porque…no hay palabras… Solo esa Mirada de Amor sobre nosotros…. y poco a poco, devuelves esos ojos a Dios y tu recuperas los tuyos llenos de lágrimas, pero brillantes de dicha, porque por un breve instante, comprendiste y compartiste con El-Ella-Ello.